viernes, julio 27, 2007

Historia 1 - 3ª parte

(Me deposito en la silla, frente a la pantalla, con cierta sensación de culpa: había prometido al mundo (y a mí mismo) no escribir por un tiempo largo. Pero, demonios, no sirvo para estar mucho tiempo inactivo, no me sale estar triste y/o mal por tiempos prolongados. Si alguien quería buscar en mí al héroe romántico, depresivo y torturado, pues que se busque otro, yo no tengo voluntad de ser Kafka.
Escribo porque me es necesario. Como de costumbre, sin ningún plan o idea preconcebida, sólo me largo a escribir, impulsivo y algo febril. Mis dedos me provocan estremecimiento al correr ágiles sobre el teclado, y mis sistemas corporales se activan todos al mismo tiempo.
Debería estar estudiando, repasando la bendita unidad 3 para el final de Prehistoria. Pero Gordon Childe y Lewis Binford me resultan antipáticos por el momento, y me tranquilizo sabiendo que ya los leí al menos una vez (¡bendita sea mi inconsciencia!); escuchar Metallica a todo volumen y gritar un poco, definitivamente, es un mejor plan para esta mañana sanbenitense.
Acá va un proyectito de narración. Para quienes no conozcan, o no recuerden la historia, acá les dejo los links a las 2 partes anteriores:
http://blogdelperromanolo.blogspot.com/2006/11/historia-1.html
http://blogdelperromanolo.blogspot.com/2006/11/historia-1-2-parte.html)


Historia 1 - 3ª Parte.

El viejo me miraba con cara inexpresiva. O era un insensible, o ya lo había visto todo.
-Bueno, muy lindo todo, pero ¿y ahora que vas a hacer?- cortó en seco mi perorata de lamentos.
Mi mente se paralizó unos momentos. Entre tanto anhelo de libertad, entre tanta búsqueda de poder hacer lo que quisiera, había olvidado para qué quería esa libertad. Las cárceles se nos hacen costumbre.
-No sé muy bien...pensaba rajarme al extranjero- fue la primer respuesta fácil.
-Dejá de decir pelotudeces. A esta altura tienen tu foto hasta en el Congo, pendejo. Ni a Uruguay podés cruzarte-
-Entonces, no sé, me voy a algún pueblito-
-Mirá, hagamos una cosa. Yo ya estoy muy viejo, y los güesos me duelen cada vez má'. Yo te doy rancho, comida, y vos a cambio me ayudá' a laburar, ¿'tamo'?.
Gesticulé un sí con mi cabeza, cada vez más anonadado. Tanta generosidad en el viejo me hacía desconfiar, por más argumentos convincentes que me presentara. Pero dije que sí, porque ciertamente no tenía muchas más opciones: era eso, o los muros de cemento y alambre de púas otra vez.
Los primeros días allí fueron un tormento, debo reconocerlo. Mis manos de intelectual de capital de provincia estaban poco habituadas al trabajo manual, y me provocaba asco el andar pisoteando el excremento de las gallinas. A la semana, aproximadamente, caí enfermo, presa de una fiebre atroz. No podía ir a un hospital, por supuesto, así que Hugo me cuidó. Dos días veló cerca de mi cama, hasta que el puchero de gallina y algún té a base de hierbas del monte me curaron.
A esto había que sumar mi paranoia, en buena medida justificada. Cada ruido extraño que sentía a lo lejos hacía que corriera a esconderme en la casa, temblando ante la posibilidad de encontrarme con un uniformado. Las primeras semanas, era común recibir 2 visitas por día, inclusive, de la policía. Hugo gustaba de torturarme un poco, invitando a los policías a pasar a la casa, mientras yo, escondido en el armario, rezaba en silencio para que al viejo loco no se le ocurriera traicionarme de golpe.
Poco a poco la ley se fue olvidando de mí, y empecé a desaparecer para el mundo, a convertirme en un sin nombre, en un muerto viviente. Los policías empezaron a pasar una vez por semana, luego una vez por mes, y finalmente, dejaron de pasar. Mi cuerpo se endureció, y remover la mierda de los chanchos dejó de provocarme náuseas. Y así, el tiempo fue pasando; de a poco, volvía a ser un hombre.

miércoles, julio 25, 2007

Noticias

(sé que prometí que por un tiempo no iba a postear nada, pero estas dos cosas son URGENTES en mi opinión)

Punto 1:
Aquí en Paraná, quieren construir un Shopping. Perfecto, un lugar así traería grandes inversiones, modernizaría la ciudad, etc, etc. Pero hay un problema: el lugar proyectado es el Hipódromo de Paraná, único pulmón verde de importancia dentro del radio urbano. Más información, acá:
http://eldiario.com.ar/buscar.asp?id=mtc&cod=125426&pr=Hip%F3dromo
Desde ya, EBDPM se manifiesta total y absolutamente en contra de la desaparición del Hipódromo...es demasiado obvio el porqué (a esto hay que sumar que uno de los posibles inversores sería el GRUPO MACRI).
NO A LA DESAPARICIÓN DEL HIPÓDROMO.

Punto 2:
Algo más alegre, los amigos Pintatanques están logrando cosas todavía más importantes...vean si no: http://pintatanques.blogspot.com/2007/07/oro-verde-tanque-de-guerra-familia.html
Y el mundo no es tan idiota, algo ve:
http://www.analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=62407


Ah, encontré 2 páginas raras:
http://blogdelperro.blogspot.com Otro perro más en la interné'! (gracias Ani)
y
http://shelleytherepublican.com Taradísimo (aunque este lo conozco hace rato)

(volveré...entreteneros mientras tanto)

jueves, julio 19, 2007

Negro

De Rosario me llegó una noticia de mierda (así lo hubiera dicho él): http://www.lacapital.com.ar/2007/07/19/ciudad/noticia_404449.shtml
El Negro no está más con nosotros. El mundo perdió una sonrisa, y una gran neurona. Te vamos a extrañar, canallote.

Para quienes no sepan quien fue...una brevísima y muy incompleta síntesis:
La historia de un tipo que tuvo un objetivo simple y grande: hacer reír

“De mí se dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro”, solía decir Fontanarrosa de sí mismo.

Nació el 26 de noviembre de 1944, y desde joven se destacó como dibujante humorístico, no sólo por su inventiva, sino por la personalidad de sus trazos.

En 1961 abandonó el colegio secundario y se conectó con la historieta como lector de “Hora Cero”, la revista fundada por el precursor Héctor Germán Oesterheld. Al año siguiente viajó por primera vez a Buenos Aires en busca de trabajo, pero volvió con las manos vacías.

En 1963 comienzó a trabajar en una agencia de publicidad. Su genio creativo estaba presente, aunque aquel no era un traslucía en un aviso”, decía Fontanarrosa.

En 1968, época del Mayo Francés, publicó el dibujo de un policía que mostraba su bastón manchado de rojo sangre y decía: “No hay ninguna duda, eran comunistas”. Fue el primer chiste gráfico que se le conoce.

Fue la época en que comenzó a colaborar en la revista Boom, donde fue contratado primero para ilustrar la tapa y terminó a cargo de la página de humor.

En el 73 se instaló el personaje de Inodoro Pereyra, junto con Mendieta y su “que lo parió”, y de la Eulogia (inspirada en la canción "La Pomeña"). El personaje se instaló durante décadas en el diario Clarín.

Por esa época el bar El Cairo ya comenzaba a ser escenario de la mesa de los galanes, un grupo de amigos que se daba cita obligada en el café de Sarmiento y Santa Fe, y que inspiró uno de sus libros.

En el 79 Boogie el Aceitoso ingresó en la revista Humor Registrado, y se convirtió en otro clásico del Negro, reeditado años después por La Maga.

En el 80 comenzó a colaborar con la producción de los espectáculos de Les Luthiers. Fue además la década en la que resultó muy prolífica su obra literaria. Canallón a muerte, le dedicó al fútbol una parte de esa obra literaria, como el cuento "19 de diciembre de 1971".

Entre sus libros figuran: “El mundo ha vivido equivocado”, que fue su primer título de cuentos publicado, al que siguieron “No sé si he sido claro”, “Nada del otro mundo”, “Uno nunca sabe”, “Los trenes matan a los autos”, “El mayor de mis defectos” y “La mesa de los galanes”, entre varias compilaciones de relatos. Entre sus novelas, a la primera “Best seller” le siguen “El área 18” y La gansada”; amén de las compilaciones varias de las historietas de sus personajes más famosos: “Inodoro Pereyra, el renegau” y “Boggie, el aceitoso”.

martes, julio 17, 2007

Elogio de la mediocridad.

En uno de los brillantes diálogos entre los protagonistas de “El Hombre Que Fue Jueves” (a propósito, cuando termines de leerlo, devolvelo), Chesterton, el hombre de la panza feliz, nos ponía frente a la siguiente discusión: Lucian Gregory, el poeta anarquista, sostenía que no había lugar más deprimente en el mundo, y no había cosa más ordinaria que un operador de subterráneo, que el subte mismo. Mientras tanto, sentado en la otra punta de la mesa, Gabriel Syme sostenía exactamente lo contrario…nos hacía ver, que contrario a lo que opinaba el anarquista, no hay cosa más extraordinaria, que (para dar un ejemplo más doméstico) tomarse el colectivo que va a Rosario desde Santa Fé, y que este, efectivamente, LLEGUE a Rosario; que ese colectivo bien podría terminar en Salta o en Beijing, o no llegar nunca: lo maravilloso era ese orden que permitía que las cosas fueran previsibles.

En El Eternauta, en su primera etapa, Salvo y el tornero Franco logran derrotar por primera vez a uno de los “Manos”. Mientras el Mano agoniza, recupera su “humanidad” (no es exactamente el término más apropiado, pero se entiende), y contempla una cafetera, una simple y corriente cafetera de lata. Y la describe como un objeto hermoso, aún cuando fuera un instrumento de los más ordinarios; logra ver en ella años, milenios de desarrollo humano, siglos de inventiva.

En diversas posturas artísticas es muy común que se sobrevalore lo raro, que se aplauda todo lo extraño, sólo por el hecho de ser diferente y extraordinario. También hay un notado menosprecio por todo aquello que sea común, por todo aquello “de todos los días”…en términos de muchos, todo eso es vulgar y feo. Se ha hecho de lo mediocre una denigración, y de la palabra patético, un insulto.

Pues yo me opongo, raza humana. Yo amo los colectivos. Amo caminar por las calles, aún con alguna bolsa de basura fuera de lugar. Amo ver los pocos potreros de fútbol que van quedando, y los niños sucios y transpirados insultando y corriendo detrás del balón. Adoro con todo mi corazón las tostadas que me hace mi abuela, todos los días desde que tengo memoria. Me gusta mi perro, también, con sus 15 años y su renguera encima.

No quiero sonar a discurso barato al estilo Coelho, no. Tampoco quiero ser un apologista del no evolucionar, no: siempre es necesario aspirar a más, a tratar de mejorar lo que nos rodea…mantenerse siempre en el mismo lugar es estúpido incluso.

Pero apunto a que también valoremos un poco más la mediocridad. ¿Dije mediocridad? Si, esa palabra tan poco querida hoy en día…la mediocridad, de acuerdo a los diccionarios, es lo mediano, lo de escasa importancia. Y yo digo que debemos valorar justamente eso: las pequeñas cosas, repetitivas si se quieren, que nos rodean.

Si no logramos reírnos y disfrutar (sin perder la visión objetiva en las cosas, por favor no caigamos en la locura) aún rodeados de las más normales cosas…estamos más jodidos de lo que ya estamos por ser humanos. Si no valoramos eso…entonces no sé para que estamos.

(Si, alguno podrá decirme que Podeti ya había hecho un post más o menos referido al mismo tema. Podrá ser, si…y probablemente el mío sea mucho más feo, y menos divertido. Pero tenía que dar mi posición al respecto, también).

"Sé siempre cómico en la tragedia. ¿Qué se puede ser sino?" (Gabriel Syme)

viernes, julio 13, 2007

Ficciones

Cuando era un niño, mi vida y mis gustos eran bastante diferentes al del resto de mis compañeritos: no me gustaba jugar ni ver fútbol, nunca quise ser ni bombero ni astronauta, no miraba “Brigada Cola”, no coleccionaba ni muñequitos ni figuritas; me gustaba leer, escuchar Nirvana y Queen, quería ser científico o pintor, dibujaba y cantaba mucho, y tenía buenas notas.

Amigos tenía pocos, de hecho, no habrán sido más de dos o tres. El resto, por supuesto, me aborrecía. Las risas y burlas hacia mí eran una cosa bastante constante (creo que de ahí viene mi instinto de intentar siempre diferenciarme del Otro), y las golpizas estaban a la orden del día. Aprovechando mi alta talla, conseguía repeler con bastante éxito los ataques (y de ahí es de donde viene mi afición por la violencia).

Pero esta técnica era un poco agotadora, y tenía sus defectos: si venían de a dos o tres, se hacía difícil. Además, por fuerte que fuera, nunca iba a poder castigar a todos aquellos que se burlaban de mí. Urgentemente me hacía falta encontrar otra forma de ser aceptado, o al menos, de pasar inadvertido.

Junte fuerzas, cruzé, y entré al kiosco.

-Hola, disculpe señor ¿tiene el álbum de figuritas de los Power Rangers?-

No recuerdo bien si era de los Power Rangers, o de los VR-Troopers; la cosa es que me traicioné a mi mismo y me compré el álbum, y todas las figuritas que pude. Días después, era uno de los niños más populares en el patio durante el recreo. Mis compañeros intercambiaban conmigo, y yo hablaba como toda una autoridad sobre un tema que, a decir verdad, me importaba poco y nada. Ese hecho, no es tan anecdótico como pueda parecer. De hecho, así descubrí una cosa que sería uno de los pilares de mi futura vida: el engaño.

Aprendí a mentir: empecé a ver los programas de éxito, mis pies empezaron a perseguir balones y obtener el muñequito del caballero dorado de Acuario se convirtió en una obsesión. Y ya no era tanto por el hecho de ser aceptado que hacía esas cosas, de hecho, me había convertido en uno de los líderes de mi grupito. No, había aparecido una característica básica de mí: el placer de mentir.

Efectivamente, a partir de allí mi vida comenzó a tener dos caras: una para mí, y para algunos íntimos, donde yo seguía siendo el de siempre; y otra para el mundo, donde me ponía mil máscaras, y disfrutaba con cada artimaña que tenía éxito.

A medida que pasaba el tiempo, mis mentiras eran cada vez mayores, mejor elaboradas y más fantásticas. Que yo solo había dejado fuera de combate a tres grandotes 4 años más grandes que nosotros, que mi papá medía tres metros, que mi abuela tenía 150 años.

Pronto me aburrí de mentirle a mis compañeros, y empecé a buscar nuevos rumbos: vecinos, primos. Tiempo después “debuté en Primera”, y comencé a falsearle conscientemente a los adultos. Era increíble lo que una voz de niño pequeño y un poco de llanto podían lograr.

También es verdad que muchas de mis mentiras han pasado a formar parte de mi vida. El ejemplo más claro de todos, probablemente, sea el fútbol: nadie en su sano juicio debe poner en tela de duda mi fanatismo por Newell’s.

Hoy en día ya no miento tanto; mi necesidad de hacerlo se ha reducido, y además de perder encanto, me aburre un poco. Aún así, cada tanto me mando una colosal treta, que quienes me rodean degluten felizmente. Y ojo, no me crean todo lo que dije.

martes, julio 10, 2007

Snow

El diario hoy muestra: “Los porteños disfrutaron de una histórica nevada”. El noticiero televisivo muestra la felicidad de la gente de Barrio Norte armando muñecos de nieve (¡ahora sí que somos Primer Mundo, eh!).

Mientras tanto, en una casilla de alguna villa, los pendejos tiritan, no sólo de frío, si no que también de hambre. Y en alguna escalinata de iglesia, algún que otro viejo se muere sin que a nadie le importe.

¿Pero, que mierda pasa? ¿Cómo carajo están festejando que nieva, la puta que los parió? ¿No se dan cuenta de lo que significa, idiotas?

Por un lado, antes de esto, incluso, ya estábamos al borde de un colapso energético. El país consume más recursos de los que puede… ¡y ahora esto! No sé de donde vamos a sacar gas, ni petróleo…me jode.

Segundo, la gente. Está bien, vos, tierno muchacho de clase media que estás cómodo en tu casa, con tu plato de comida asegurado, y que para divertirte, salís a hacer formas chistosas con la nieve. Pero, ¿y todos aquellos que viven en alguna villa o barrio precario, que ya en los días “comunes” la pasan mal? ¿No existe esa gente? Pero claro, es más lindo de ver un nene rubio, para sentir que somos unos nórdicos cualquiera.

Tampoco pareciera que a nadie le importa demasiado PORQUÉ pasa esto. Somos un país que en su mayor parte es casi subtropical, entiéndanlo. No es normal que en Gualeguaychú o Córdoba se estén registrando temperaturas bajo cero…creo que tienen un agujero del tamaño del de Ozono, pero en la cabeza.

Y sin embargo, los noticieros siguen publicando la “Maravilla Blanca”. Entiéndanme entonces si dejo de ver televisión del todo.

P/d: Esto es más boludo, pero aparte me hace acordar al Eternauta, por obvias razones. Y sí, cada día escribo peor.

----------------------------------


Actualización: No, no dije nada acerca del "Día de la Independencia" de ayer. ¿Porqué? Porque soy entrerriano: mi provincia no tuvo un choto que ver, nosotros ya habíamos declaro nuestra independencia antes, inclusive.

domingo, julio 01, 2007

Novepasado


Ibas caminando, eras la única de ese lado de la vereda. Siempre sos la única de tu lado en la vereda: siempre sos única en todo, aún cuando no quieras.
Te observé, me miraste, pero nos vimos. Y sin embargo, el tiempo se detuvo, en esa fracción de milisegundo que dividió al mundo en dos. Fue tanto, tan intenso, y por ende tan breve, que la tierra no lo resistió. El mundo era otro; pero las personas siguieron caminando, los niños jugando, los adultos matándose y amándose, y nadie se dió cuenta de nada: en su ilusión, creían tener un pasado, soñaban que sus recuerdos eran reales.
Y sólo vos y yo sabíamos la verdad. Y yo me angustiaba, y me importaba todo eso. Pero vos te reías, con tu risa desprejuiciada e irónica; nunca te importaron las sandeces-sin-sentido que tanto nos gusta mostrar al resto.
Y ese milisegundo terminó, y te perdiste en la nada, en esa calle gris. No te vi más, pero tu recuerdo es una sonrisa.

(Post dedicado a la fotografiada, mi prima Ariana...la mejor modelo de fotos raras y mejor prima que un paranaense de 19 años, hincha de Newell's podria tener, lo juro. El texto venía mejor, pero no pude mejorarlo. Quizás después le haga un retoque)