sábado, febrero 18, 2006

Y no acepto comentarios irónicos acerca de que publiqué 2 veces la misma pelotudez...
Bueno, gente..quería darle la bienvenida a mi nueva vida...no es necesario que cuente los cambios que hize, ya los saben, y el que no, pregunte, no sea puto. Saludos al mundo de vuelta


Y acá tenemos una foto que no se sabe bien quien cornos estos pibes...algunos dicen que son Beluschi y Scocco, la dupla leprosa...otros aseguran que son Abbot y Costello...otros, mas cautelosos, aseguran que solo son indigentes (según los de esta corriente, pareciera ser que el de la izquierda dice "Guarda, Ari, que te va cagar la paloma", mientras el otro lo refuta diciendo "pero salí de acá, vieja")...

Pero aquellos que superaron el límite de toda osadía, son aquellos atrevidos que aseguran que son Platón y Aristotéles...

Se aceptan más versiones, a la espera de la verdad

Hay veces, muchas veces, en las que me gustaría poder no dormir. Es que cuando duermo, imagino...sueño.
Tengo dos clases de sueños, bien distintas una de la otra: las pesadillas y los sueños felices.
Las mas comunes, las pesadillas, son simplemente espantosas. Constituyen la realización de todos mis más profundos miedos, o de la aparición de recuerdos que preferiría olvidar. Luego de una pesadilla, despierto agitado, con mis temores aún muy vivos.
Pero aún peores, resultan ser los sueños felices. En ellos, soy todo lo que quiero ser, mi voluntad es intachable; mi deseo, es la ley. Entonces, cuando despierto, cuando vuelvo a la realidad, me veo desolado. Es volver a la nada, luego de haber experimentado por un rato la felicidad. Vuelvo al vacío de mi vida, a la desesperante angustia.
Hay veces, muchas veces, en las que me gustaría poder no dormir. Es que cuando duermo, imagino...sueño.
Tengo dos clases de sueños, bien distintas una de la otra: las pesadillas y los sueños felices.
Las mas comunes, las pesadillas, son simplemente espantosas. Constituyen la realización de todos mis más profundos miedos, o de la aparición de recuerdos que preferiría olvidar. Luego de una pesadilla, despierto agitado, con mis temores aún muy vivos.
Pero aún peores, resultan ser los sueños felices. En ellos, soy todo lo que quiero ser, mi voluntad es intachable; mi deseo, es la ley. Entonces, cuando despierto, cuando vuelvo a la realidad, me veo desolado. Es volver a la nada, luego de haber experimentado por un rato la felicidad. Vuelvo al vacío de mi vida, a la desesperante angustia.